Comenzamos nuestro ministerio en la ciudad de Connecticut en el año 1996 con nuestros tres hijos. En nuestros 27 años ministrando la palabra del Señor, hemos sido de inspiración a muchas vidas. Han sido años de muchos retos pero también de grandes bendiciones. El amor por las almas es el motor que nos impulsa hacer lo que hacemos en la iglesia y la comunidad. Alcanzando a muchos que necesitan de un palabra de aliento en estos tiempos tan difíciles que vivimos. Hemos crecido tanto en lo familiar como en los espiritual, y seguimos haciendo el trabajo que el señor nos llamó hacer que es “SERVIR”.